20 oct 2009

APLICACIONES REALES DE INTERNET A LAS BIBLIOTECAS


Las aplicaciones de Internet en bibliotecas y centros de documentación pueden ser de lo más diversas y variadas: instrucción bibliográfica, catalogación, listas de libros nuevos, digitalización de fondos, publicación electrónica, mapas de imágenes para home pages, proyectos de bibliotecarios como organizadores de los recursos disponibles en Internet, guías de investigación, visitas virtuales a la biblioteca, ponencias a congresos, relaciones públicas, referencia, exposiciones, préstamo interbibliotecario... Es decir, prácticamente todas las funciones bibliotecarias tradicionales pueden utilizar y servirse de Internet. La Library of Congress sería un buen ejemplo práctico de casi todos estos usos. Como bien indica José A. Merlo en su artículo "50 aplicaciones bibliotecarias de Internet" podemos dividir los usos de Internet en 4 grandes grupos a saber. A continuación haremos un breve resumen de los mismos con ejemplos concretos:
• Gestión de las colecciones • Catalogación y clasificación
• Difusión de la colección • Formación y comunicación profesional
Gestión de la colección: En primer lugar, Internet se convierte en una fuente de proveedores a bibliotecas: librerías, editoriales y servicios especiales, que aparte de ofertar sus productos permiten entre otras cosas la compra electrónica de los mismos, como la Librería del BOE. Editoriales y librerías ofrecen servicios bibliográficos a la carta, manteniendo a las bibliotecas bien informadas acerca de todo lo publicado, ofreciendo guías de libros recientemente publicados o clasificados por materias. Información que también suele estar disponible en sus páginas web y se envía en boletines por e-mail. (Servicio de información bibliográfica de Puvill Libros) Ofrecen también suscripciones a revistas y todo tipo de publicaciones periódicas, con servicios retrospectivos para completar colecciones. Facilitan, además, la suscripción a bases de datos en CD-ROM y DVD, así como la adquisición de obras en estos formatos. La última novedad que ofrecen estas empresas son catálogos con sus registros bibliográficos en formato MARC, de modo que las bibliotecas puedan capturar los nuevos registros a través de un servidor Z39.50. (Marcial Pons) Las bibliotecas permiten que los usuarios participen en la formación de la colección pidiendo aquellas obras que sean de su interés. Las tradicionales desideratas en papel se han convertido en formularios electrónicos a rellenar. (Solicitud desiderata de la Biblioteca Pública de Valencia) En los últimos años, con la introducción de las tecnologías de información en las bibliotecas han surgido diferentes terminologías que comúnmente son utilizadas de manera indistinta y confusa: biblioteca digital, biblioteca virtual, biblioteca electrónica, biblioteca híbrida. Estos conceptos han despertado un gran interés, no sólo entre la comunidad de informáticos, sino también en la de bibliotecarios, y nacen con la idea de su consulta a través de Internet, fuera del horario habitual y desde cualquier parte del mundo. De esta forma conviven multitud de revistas, tutoriales y periódicos electrónicos, bases de datos, obras de referencia on-line, libros digitalizados.... que si bien una biblioteca difícilmente puede mantener, sí debe facilitar el acceso a ellos. Existen muchas iniciativas en varios países, pero quizás sea la biblioteca Cervantes Virtual la de mayor importancia en el mundo hispano, ofreciendo servicios adicionales como bibliotecas de sonidos y vídeos.
Catalogación y clasificación: Hoy en día, son muy numerosos los instrumentos disponibles en la red de apoyo a la catalogación. Así podemos encontrar fuentes de información, información sobre diferentes formatos bibliográficos, clasificaciones, tesauros, listas de encabezamientos, etc. En la sección de recursos de este portal podemos encontrar una amplia muestra de todas ellas. Desde hace tiempo es posible la consulta en línea de diversos catálogos a través de OPACs, catálogos algunos de ellos que pasan a formar parte de catálogos colectivos y que sirven de ayuda y simplifican la catalogación. Sin embargo, la mayor utilidad que podemos sacar de un determinado catálogo es la descarga de registros bibliográficos de otros catálogos para la importación en el nuestro, suponiendo un ahorro de tiempo y trabajo considerable que puede ser empleado en otras facetas de la biblioteca. Este es el viejo anhelo profesional de que un libro se catalogara sólo una vez en la red y el resto de bibliotecas pueda incorporarlo a su catálogo añadiendo simplemente la localización del ejemplar. Hoy es posible gracias al protocolo Z39.50, un protocolo para la estandarización en la recuperación de información en forma electrónica. Por ejemplo, los registros contenidos en REBECA se pueden extraer de forma gratuita para ser integrados en los catálogos automatizados de las bibliotecas, siempre que éstas trabajen con el formato Ibermarc. Las listas, grupos y foros de discusión siempre estarán en busca de dudas, preguntas y respuestas que puedan surgir en un determinado momento o en una determinada situación.
Difusión de la colección: Internet ha contribuido, y de qué manera, a la difusión de la colección. Cada día son más las bibliotecas que disponen de una página web desde la que ofrecen información general: horarios, ubicación, condiciones del préstamo, noticias, etc. Pero no queda ahí la cosa. Hace no mucho, para consultar si una biblioteca contaba con un determinado libro, no nos quedaba más remedio que desplazarnos físicamente a ella. Con la aparición de Internet, la bibliotecas han abierto las puertas a todo el mundo con la publicación de sus catálogos. Estos permiten averiguar, a cualquier hora, y desde cualquier rincón, tanto sus contenidos como la disponibilidad de los mismos. Cada vez es mas común la aparición de catálogos colectivos, redes de bibliotecas, catálogos virtuales, etc., todo ello facilitado por irrupción de Internet. Ello no hubiera sido posible sin la adaptación de los SIGB a interfaces Web. La integración de tecnología multimedia (imágenes, vídeos, audio, un documento de un procesador de textos, una hoja de cálculo, etc.) es un hecho, lo que amplía notablemente las posibilidades de gestión y de servicio de los centros. Alguno de estos SIGB es concebido específicamente para un entorno web, utilizando las nuevas tecnologías de la información (XML, Internet, etc.) Lógicamente, el siguiente paso es la recuperación de los documentos en sí, no sólo sus fichas. Es así como la biblioteca digital poco a poco se convierte en la imagen de biblioteca del futuro. La idea consiste en una digitalización previa de todos los fondos de un centro de documentación y almacenarlos en dispositivos magnéticos u ópticos para su consulta íntegra on-line. Qué duda cabe que esto requiere un esfuerzo 'extra' por parte de los bibliotecarios. Por otra parte, cabe destacar la aparición en el año 2000 de los servicios ASP. Consisten en la utilización remota de un conjunto de aplicaciones en régimen de alquiler que operan fundamentalmente en entorno Web y se realizan a través de Internet. Posibilitan la gestión y publicación de catálogos sin necesidad de estar albergados en el servidor de la propia biblioteca. Difusa La mayoría de las tareas de una biblioteca pueden ser gestionadas a través de Internet: realizar reservas, renovación del préstamo (domiciliario e interbibliotecario), formación de los usuarios, registrar nuevos ejemplares, inscribir lectores, etc. La aparición de catálogos colectivos en redes de bibliotecas abre también la posibilidad de acceder con un carné único a todas las bibliotecas de la red. Otro modo que contribuye a la difusión de la colección son los servicios de alerta. Podemos ver un ejemplo en los Boletines de Últimas Adquisiciones de la Universidad de la Laguna.
Formación y comunicación profesional: La aparición en los últimos años de redes de bibliotecas y catálogos colectivos fomentan las actividades cooperativas y la formación profesional. La propia Internet ofrece recursos profesionales para los documentalistas donde se puede encontrar información y formación muy estimables. El intercambio de opiniones, experiencias, soluciones, comentarios, información al fin y al cabo entre compañeros, es una de las bases de la cooperación bibliotecaria entre bibliotecarios de cualquier lugar del mundo. Listas, grupos, foros de discusión y weblogs sirven de herramienta para esta comunicación. Por todos es conocida la labor de Iwetel, principal foro electrónico sobre bibliotecas y documentación que existe en castellano. Cabe destacar también el servicio on-line de atención de consultas y peticiones de información "Pregunte, las bibliotecas responden", coordinado por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas. Fuera de España tenemos algo parecido en 24/7 reference , suyo objetivo es igualmente resolver a través de Internet todo tipo de dudas que puedan surgir a los usuarios. La diferencia es que aquí la respuesta es al instante, utilizando para ello un programa de chat. Asociaciones y organizaciones contribuyen al desarrollo bibliotecario. Son numerosos los cursos, jornadas, congresos, seminarios o talleres que se organizan para promover y debatir las nuevas inquietudes y tendencias del sector. Algunos de estos cursos se pueden hacer on-line en una plataforma virtual de formación. Las nuevas formas que poseen las comunicaciones interpersonales y la existencia y consolidación de las nuevas redes son, en sí mismas, catalizadoras de un cambio que apenas se atisba tras la novedad que supone el uso de la tecnología. Sistemas educativos on-line, E-learning, sistemas personales de autoestudio...ya no son una mera traducción de metodologías tradicionales. Hoy se plantean como auténticas herramientas de cambio para las instituciones que las impulsan. Varias bibliotecas disponen también de diferentes manuales en línea: uso de los OPACs, sobre catalogación automatizada... En ocasiones son de acceso público, otras veces están en intranets para uso exclusivo de los trabajadores. Internet ha contribuido a uniformar los métodos de trabajo dentro de una red bibliotecaria (catalogación, clasificación, préstamos, etc.) así como a compartir recursos y mejorar el servicio al usuario. En definitiva, podemos afirmar que el uso de Internet en bibliotecas reporta grandes beneficios tanto para los bibliotecarios como para los usuarios así como para las propias bibliotecas.
Tomado de: @bsynet.com

1 comentario:

Alma Mateos Taborda dijo...

Mi querida y noble amiga. Después de una ausencia involuntaria, vengo nuevamente a leerte, a aprender, a reverenciar tu manera de servir a los demás y a dejarte mi abrazo incondicional de siempre. Te quiero mucho y te admiro.